lunes, 7 de abril de 2008

Uno de Los Grandes Nos Abandona


Y es que El legendario interprete Charlton Heston murió en su residencia de Beverly Hills, tras haber sufrido durante seis años un lento e imparable deterioro debido al Alzheimer.


Hemos perdido otra de las grandes leyendas, y uno de los grandes de Hollywood. Su rostro quedará asociado al cine histórico y épico, de catástrofes o de ciencia ficción en películas clave para comprender la evolución de esos géneros.


No hay que olvidar que dicho actor ganó un único Óscar por la batalla de cuadrigas de “Ben-Hur”.


Su extensa filmografía comenzó en 1941 con “Peer Gynt” a las órdenes de David Bradley, con quien repitió en “Julio César”, en la que hizo de Marco Antonio. Pronto trabajaría con el reputado Cecil B. DeMille en “El mayor espectáculo del mundo” (1952) y “Los diez mandamientos” (1956), participando en medio de ese periodo en numerosos proyectos televisivos y en películas como “Cuando ruge la marabunta” o “Horizontes azules”. Orson Welles contó con él para hacer de policía mexicano en “Sed de mal”, una de las obras maestras del cine negro. Luego lo reclutaría William Wyler para “Horizontes de grandeza” y la icónica “Ben-Hur”. Después viajaría a España para rodar “El Cid” (1961) junto a Sophia Loren, a la que siguieron “55 días en Pekín”, “Mayor Dundee”, a las órdenes de otro grande, Sam Peckinpah, “El tormento y el éxtasis” o “La historia más grande jamás contada”.


A finales de la década de los sesenta y primeros años de los setenta se centró en la ciencia ficción (“El planeta de los simios”) y la serie B del género (“El último hombre... vivo”, que en 2007 fue objeto de una nueva versión protagonizada por Will Smith, y “Cuando el destino nos alcance”). Eso sin olvidar su regreso a España para rodar “Marco Antonio y Cleopatra” y “Los tres mosqueteros”. Asimismo, con el cine de catástrofes en pleno apogeo, no dudó en participar en “Aeropuerto 75” o “Terremoto”.


En los años posteriores su ritmo de trabajo, ya más reducido, se limitó prácticamente a la televisión. En los noventa encabezó el reparto de “La isla del tesoro”, dirigida por su hijo Fraser, e interpretó papeles pequeños en “Tombstone”, “Mentiras arriesgadas”, “En la boca del miedo” y “Hamlet”. Tras “Alaska”, también realizada por su hijo, llegarían “Un domingo cualquiera”, de Oliver Stone, y “Gideon”. El último trabajo de Heston en llegar a las salas comerciales españolas fue la mediocre “The Order” (2001), producto para mayor gloria de Jean-Claude Van Damme, si bien se retiraría definitivamente del cine con la italiana “My father, rua alguem 5555”, de 2003.

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