miércoles, 2 de abril de 2008

EL MAL GENIO DE LOS GENIOS

Dijo Lucio Anneo Séneca: “No existe ningún gran genio que no oculte un toque de demencia”. Su frase es acertada pero su modestia significa una flaqueza para el concepto: él debería haberse incluído en la lista.A continuación, un repaso sobre historias particulares, extrañas y hasta oscuras. Una forma de conocer el “mal genio” de ellos: los genios.

Charles Chaplin


¿Quién se atrevería a reconocer a Charles Chaplin -padre de la comedia y uno de los hombres más talentosos que ha visto Hollywood- como un sujeto dueño de un carácter tormentoso?. Solo aquellos que lo conocían en la intimidad, fuera de sus papeles.Suena raro como mínimo e increíble como máximo, pero Charles Spencer Chaplin tenía una personalidad dificil. De hecho, él siempre reconoció que su trato sobre la comedia se debía pura y exclusivamente a su buen conocimiento del drama. Quienes trabajaron con él desde puestos no demasiado ejecutivos, lo definían como un hombre recio y con una obsesividad que, por momentos, rozaba la agresividad (no física pero sí verbal).En efecto, detrás del carácter enclenque y torpe utilizado en la ficción el hombre en cuestión escondía un temperamento duro que le valió más de una disputa: por defender a rajatabla sus ideales políticos -los cuales se ponen de manifiesto en películas como “Tiempos Modernos” o “El Gran dictador”- Chaplin fue perseguido políticamente (hasta llegaría a exiliarse).
Chaplin y un carácter difícil.Pero sus numerosos conflictos no serían ocasionados solo por cuestiones políticas sino también sentimentales. Charles Chaplin se casó cuatro veces con una particularidad: siempre tomó como esposas a mujeres jóvenes (en su biografía se habla sobre una “extraña obsesión por las jovencitas” ). En sú último casamiento, quizás el más famoso de todos, tomó como esposa a una Onna Oneill de tan solo 18 años. El acababa de cumplir los 54.Con respecto al papel de “padre” en la vida del hombre sin voz, vale destacar que la relación con sus ocho hijos fue “buena pero estricta” así mismo lo definiría su hija Geraldine.Como si ya no se hubieran contado suficientes dramas, resta mencionar que, tras su muerte, la tumba en donde se hallaban los restos de Chaplin fue profanada y su ataúd secuestrado siendo encontrado más tarde en un campo. En fin, no por nada Charles Chaplin solía decir que “la vida es una tragedia si la ves de cerca y una comedia si la miras con distancia”.

Albert Einstein


Que un coeficiente intelectual de 160 no le haya alcanzado para distinguir a la violencia física como un problema y no como una solución suena a ironía pura.Albert Einstein, el científico más importante que alumbró el Siglo XX, era brillante para un sinfin de actividades: desgraciadamente el trato para con sus esposas no era una de ellas.Tras ser dadas a conocer una enorme cantidad de cartas de amor redactadas por él mismo (su hija las entregó con la única condición de que no fueran reveladas hasta dos décadas luego de su muerte), se pudo comprobar que Einstein siempre fue un pésimo esposo: agresivo, déspota, infiel. Se comenta que, de hecho, llegó a tener hasta seis mujeres al mismo tiempo incluyendo dentro de ese grupo a una de sus primas. En dichas cartas, y mediante la lectura de algunas líneas, también se pueden dejar en evidencia ciertos comportamientos agresivos del genio: “uno teme en todas partes la competencia de los cerebritos judíos expulsados de Alemania; estamos incluso más agobiados por nuestras fortalezas que por nuestras debilidades” (sic).
Einstein y la violencia doméstica.Ni como esposo, ni tampoco como padre fue un hombre de decisiones sabias: Einstein dio en adopción a una de sus hijas, Lieserl (aunque muchos fueron los rumores que corrieron en torno a este suceso, hasta el de una presunta muerte). Existen muchos otros aspectos en los cuales la verdadera personalidad de Einstein se contrapone notablemente con la que, por su brillantez, uno supone debiera haber tenido. Por ejemplo, en sus épocas de colegio, él siempre se presentó como un alumno rebelde y conflictivo. Einstein estudiaba lo que Einstein quería estudiar y nada más. Suena curioso, casi irrisorio, leer como anécdota que en 1895, a la edad de 17 años, fracasó en el exámen de ingreso a la Universidad pues pasó los tests de matemáticas y ciencia pero falló el resto: historia, lenguaje y geografía (…por lo tanto, usted joven argentino que paga un profesor particular para 8 de las 16 materias que tiene, aún puede ser un genio).Aunque, al margen de esta circunstancia aislada, su problema mayor tanto en las clases como en sus trabajos jámas fue con sus proyectos sino con sus colegas: Albert Einstein tuvo muy pocos amigos producto de sus, a menudo, malos tratos y contestaciones. Definitivamente era un genio de “mal genio”.

Salvador Dalí


"Cada mañana, cuando me levanto, experimento una exquisita alegría: la alegría de ser Dalí. Y allí me pregunto, entusiasmado, ¿qué cosas maravillosas logrará hoy este Salvador Dalí?".Vaya egoncentrismo el de este artista español que no pasaba un minuto del día sin admirarse. Junto con su obra, sus locuras -o sus “extravagancias” siendo más corteses- lo han llevado a ser uno de los personajes más pintorescos de la historia.Pero hay aspectos a saber de Salvador Dalí que tienden a ser menos difundidos que otros.Por ejemplo, si de cuestiones sexuales hablamos, la vida de Dalí estuvo atada a ciertas imposibilidades. Sus tendencias homosexuales lo señalarían y aislarían en una época en la cual este tipo de inclinaciones no eran para nada bien vistas. Con respecto a sus relaciones heterosexuales -de las cuales también tuvo- Dalí padecería, de igual modo, ciertos bloqueos. El mismo se encargaría de revelar que solo una mujer había logrado mantenerlo en plenitud: Gala.
Dalí, excéntrico y un genio controversial.Muchos psicólogos expresan que su famosa pintura “El gran masturbador” se deba a esa incapacidad de mantener un lazo sexual con otra persona.Revolviendo en otros semblantes de la vida, encontramos a Salvador Dalí como un privilegiado no solo por su talento sino por su poderosa memoria: él afirma tener recuerdos de su estadía en el útero materno, en aquella experiencia conocida clínicamente como intrauterina. Otra anécdota curiosa de un tipo curioso: Dalí renegaba de todo, hasta de los datos escritos. Llegó a afirmar que su hermano fallecido y él presentaban la misma “morfología facial del genio” siendo ésto imposible de corroborar pues su hermano no había alcanzado ni los dos años al fallecer, volviendo absurda la tarea de demostrar cierta capacidad “genial”. Una más: en cierta oportunidad Dalí acudió a la Oficina de Marcas y Patentes de Nueva York con el objeto de registrar como propia a “la pintura”. Y no hablamos de una pintura, sino de la pintura como género en sí. Increíble.No producto de este pedido sino de sus “compulsivos actos materialistas” (léase, gastar fondos en banalidades) Dalí sería expulsado de aquel movimiento que él mismo ayudaría a crear: el surrealismo. Luego sería reestablecido. Luego sería nuevamente expulsado.Sin dudas al mencionar el nombre de Salvador Dalí estamos hablando de un individuo talentoso, singular, mitad demente, mitad provocador pero inofensivo al mismo tiempo. En este caso no hablamos de una personalidad “oscura” sino “colorida”.

William Shakespeare


“Si bien pueden existir ciertas falacias acrecentadas por la leyenda que significó el mismo Shakespeare, al día de hoy los historiadores seguimos tras los pasos de, en todo caso, un rumor: el rumor que convertía a Shakespeare no en un fraude pero sí tal vez en un exagerador (…)”. Mito, cuento o disparate: ninguna categorización podrá dispersar completamente esa serie de dudas que ciertos historiadores -los más caprichosos, como el de arriba- han tenido en torno a la legitimidad de las obras de William Shakespeare.Ellos, a quien solo llamaremos “los refutadores”, sostenían como un imposible que este gran dramaturgo, por más talentoso que fuera, narrara tantas historias y cumpliera con tantos encargos al unísono.
Shakespeare: Un referente literario, un misterio y una muerte.Así, con el paso del tiempo, nació la idea de que Shakespeare contaba con ciertos camaradas que le ofrecían una mano siendo, luego, excluídos de cualquier crédito literario. Quizás la más extraña e increíble de estas historias es la de Christopher Marlowe. Se dice -entre muchas otras hipótesis- que el mismo Shakespeare habría encargado su asesinato con el fin de acallar cualquier tipo de rumores sobre posibles “colaboraciones” (por cierto, la historia oficial lo señala no solo como un eximio dramaturgo y rival de William sino también como un gran amigo).Sobre su personalidad y carácter es propio mencionar que William Shakespeare, si bien era considerado una persona no violenta, sobre el final de sus días se tornaría paranoico y ciertamente agresivo. Mientras la historia oficial relata la muerte de William producto de un tumor, la historia no oficial dice que se debió a una borrachera y otras versiones hablan hasta de un posible asesinato.La última de las fábulas que adquiere -post mortem- el nombre de William Shakespeare tiene que ver con su procedencia: el escritor estadounidense Paul Streitz publicó, no hace demasiado, un libro en el cual sostenía mediante diversos argumentos que Shakespeare era hijo ilegítimo de la reina Isabel I.Las conspiraciones nunca pasarán de moda. La gente las ama, las necesita. La historia oficial pierde sentido al surgir teorías de esta clase las cuales, ante todo, invitan a no creer en los cuentos narrados por los aparentes, y solo aparentes, “dueños de la verdad”.No intentamos, ni por asomo, quitarle prestigio a todos estos magníficos personajes. Sería imposible hacerlo. Tampoco les lanzamos barro a la cara. Pero, cual buen vigilante de la ley, nunca estará de más jugar al desconfío. Sembrar dudas siempre será un noble trabajo pues, en el fondo, nos motivará a perseguir la verdad.

No hay comentarios: